24 días para irme

  En exactamente 24 días voy a estar preparándome para irme en avión a Buenos Aires. Probablemente queriendo salir temprano, llena de nervios y revisando toda la casa en caso de que me esté olvidando algo.
  El tiempo es algo gracioso. Pasa rápido, pero a la vez sentís como si fuera súper lento. Una vez, pensás que estás en mayo, recién yéndote, pero a 9 meses de éso, estoy como si hubiesen pasado siglos. Siglos de que abracé a mi familia, siglos de que le di el último beso a mi novio. Siglos de que crucé esa puerta del aeropuerto, llorando como si fuera una nena chiquita. Siglos. Y ya se está por terminar. Pronto, en menos de un mes, voy a volver a estar abrazando a mi familia, volviendo a darle besos a mi novio. Volviendo a mi país, a mi lugar, con la gente a quien pertenezco. Aunque estoy muy segura que no va a volver a ser lo mismo que era antes. No. Se vienen muchos cambios, sé que muchos van a ser lindos, y otros no tanto. Pero de éso se trata cambiar, ¿no?



  Hay muchas cosas que pasaron, desde acá en general, como en mí, exterior e interiormente. Creo que si tengo que hacer um balance, es todo bastante positivo, a pesar de las cosas malas que me pasaron. Conocí Noruega, varias partes de Inglaterra, saqué muchas fotos, bajé más de 10 kilos y bueno, bastantes cosas más. Es lindo y fue una experiencia interesante, aunque no hayan ayudado bastantes cosas. Otras, bueno, son muy positivas. Ya voy a hacer un análisis uno o dos días antes de volverme, o cuando ya esté en Argentina.

  Es una etapa que se termina, y cuando se termine, otra va a arrancar, y sólo nos queda mantenernos positivos, aunque capaz que el panorama no se vea tan bueno. Siempre hay que tratar de darle para adelante.